Insomnio (2009)
Descripción de la obra

Renata Otero presenta en esta ocasión alrededor de 15 piezas de pintura de pequeño y medio formato que describen, en un lenguaje visual próximo al cómic, su particular devenir por la experiencia prolongada de la escasez de sueño.

Junto con estas pinturas encontraremos elementos escultóricos que ayudan a darle una mayor complejidad conceptual y formal al proyecto. Se trata, entre otras cosas, cerca de 20 pequeñas piezas-marco que retratan, con importantes dosis de humor, la desesperación de la insomne mediante la combinaión de fotografía, volumen y sonido.

La colección comienza con una pieza circular (la única) que fue el verdadero arranque conceptual y que se remonta dos años atrás.

Este Insomnia I funciona como la portada de un libro donde la mayor parte de los temas que luego son tratados aparecen de un modo u otro.

Y aunque esta autora insiste en trabajar desde la autorreferencia, convirtiendo con frecuencia su cuero en el referente humano que ayude a interpretar la escena, lo autobiográfico parece alejarse paulatinamente de la orba de Otero.

En la serie Insomnio esta artista visual deja en un segundo o tercer plano la crónica personal, el "me pasó esto", para hablar en una primera persona que tiene mucho que ver con el "yo colectivo" y a quien le interesa mucho más el "¿Te pasa a ti también?".

Con cierta gravedad aunque en clave de humor, Otero se refiere en esta colección a temas que comprometen la estabilidad psíquica del individuo en la sociedad contemporánea: agendas apretadísimas, compromisos que nos alejan del bienestar, dinámicas que someten al cuerpo al sobreesfuerzo, búsqueda de solución paliativa para el estrés, etc.

Y aunque todos podemos identificarnos con buena parte de las imágenes de la exposición, dado que la autora es mujer, resulta imposible disociar alguna reflexión de género como un discurso diagonal.

Dentro de una gama cromática nueva, más dramática y ácida de la habitual en ella, el uso del collage se simplica abandonando el barroquismo de su colección anterior: Pasen e vexan. En aras de una mayor espontaneidad y con una carga semántica más directa, lo pictórico se reduce y la superposición de papeles pasa a ser un recurso más sencillo.

Ahora que las multitudes de piezas anteriores abandonan el cuarto, las imágenes de Insomnia muestran a su protagonista sola, en el espacio doméstico, en la oscuridad de la noche, y el "tic-tac" se convierte en un leiv-motiv constante que da coherencia a toda la colección. 

 

Detalles de la obra