Se trata de una colorida colección de lienzos de pequeño y medio formato que versa sobre las emociones a través de la formula autorretratística.
Y cómo las emociones sanas deben durar poco tiempo, para registralas prescindí de composiciones muy barrocas o de collages complejos que caracterizaban series anteriores para sumergirme en el gesto ágil.
Dado que la emoción es un movimiento de neuroquímica y hormonas, las piezas son improvisadas velozmente sobre la tela.
Y reproducen angustia, rabia, miedo ... Y risas muchas risas. Porque el humor sigue siendo la herramienta recurrrente que empleo para llevaros a la reflexión.
Tras 5 años probando diversas disciplinas y formaciones tenía ganas de volver a pintar. Y desde mi experiencia como persona, pero también como coach y arteterapeuta quise crear un discurso sencillo sobre la necesidad de darse permiso para sentirlo todo, sin enquistarlo y gestionándolo del mejor modo posible.